Por Amalia Bobea, arquitecta. @abjardininterior

Fotos: fuente externa

A la hora de diseñar un jardín debemos tomar en cuenta una serie de criterios, unos objetivos y otros subjetivos. Uno de los principales criterios subjetivos es la selección de los colores que lo compondrán.

Los colores dan forma al jardín y provocan sentimientos o sensaciones. Con el color podemos enfatizar, acentuar, lograr atraer el ojo a una visual; es decir, llamar la atención, disimular, desviar la mirada, provocar una especie de desorden visual o, por el contrario, generar calma, así como sentimientos de alegría o melancolía.

Como regla general, los colores fuertes tienden a acercar, a empequeñecer el espacio, mientras que los colores tenues lo amplían y alejan. Por esa razón las plantas que poseen colores llamativos se deben colocar cerca del observador y en la lejanía es preferible usar plantas de hojas o flores menudas y tonos suaves, para que el espacio se vea más grande, a menos que el objetivo sea llamar la atención de un objeto desde lejos.

Por otro lado, con las distintas tonalidades de verde podemos conseguir tranquilidad, entre tanto el excesivo uso de flores y de colores tiende a producir confusión y cansancio visual. Estas son reglas generales que no necesariamente se deben cumplir al pie de la letra, no son obligatorias, son solo lineamientos para poder crear espacios con cierta lógica, aprovechando los recursos visuales.

La sorpresa del color

La presencia sorpresiva de color en el jardín también resulta muy interesante. Esto lo podemos lograr utilizando plantas que cambien de color de acuerdo con las estaciones o a la época del año. En nuestro país las estaciones no son muy marcadas, pues apenas tenemos cambios de temperatura y más bien podemos distinguir una estación seca y otra húmeda.

De igual modo podemos integrar plantas que florezcan por épocas, como ciertos árboles que florecen y ofrecen un espectáculo una vez al año. Tal es el caso del roble amarillo que ya vemos florecido en nuestras calles, así como los flamboyanes, que florecen en primavera. En países con estaciones diferenciadas, debemos tomar en cuenta una secuencia de floración durante todo el año para que el color siempre esté presente en el jardín.

En resumen, en los jardines grandes se deben utilizar los colores suaves e intermedios: azules, violetas, verdes, blancos. En los pequeños se usan colores más fuertes como amarillo, naranja, rojo, fucsia, ya que estos jardines requieren de más detalles y de perfección.

Para la selección de las especies, debemos tomar en cuenta no solo el color de las flores, sino también de frutos, hojas, tallos o troncos y, además, el color de otros materiales que formen parte, como las piedras, la corteza de madera que usemos como acolchamiento, la grava, los revestimientos de las superficies y los accesorios del jardín.

Consejos adicionales para el diseño de un jardín colorido:

  • Busca inspiración, un tema o concepto que te guíe, que sea una especie de hilo conductor.
  • Conforme a ese tema, selecciona una paleta sencilla de tres o cuatro colores.
  • Considera la cantidad de color en cada planta. Algunas plantas tienen flores grandes y vistosas u hojas grandes con color. Otras poseen flores pequeñas, pero pueden compensar el tamaño al tener masas de flores.
  • Utiliza los colores por zonas o manchas. Esto es mejor que una mezcla aleatoria de los distintos colores.
  • Incorpora las frutas, el follaje y los tallos como fuentes de color. Las flores pueden dar más color en algunas épocas del año, pero las frutas y el follaje a menudo proporcionan el color en otras épocas.
  • Elige plantas con follaje de rayas variadas y moteados con distintas tonalidades para agregar color.
  • Usa en menor proporción el color más brillante o fuerte y en una mayor proporción los colores más tenues.
  • Procura elegir en tu paleta colores análogos y complementarios.
  • Usa un color neutral para vincular otros colores distintos. Los neutros son más tenues y con ellos se puede unificar otros tonos.
  • Familiarízate con el círculo cromático y los conceptos como colores primarios, secundarios, adyacentes, complementarios, tono y temperatura.

Por último, ten presente que la incidencia de la luz solar hace que los colores se aprecien de forma distinta y que, si quieres encontrar inspiración, observar la naturaleza y sus combinaciones de colores es una de las mejores formas de aprender para buscar ideas.

 

 

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