Por Adrian R. Morales
Fotos: Leo Pichardo (Lichao)

La infancia de Alexandra Palamara fue la de una niña normal y corriente, como ella misma reconoce. A sus padres no les agradaba permanecer en la cuidad los fines de semana, así que en cualquier momento disponible y en vacaciones se iban de escapada al campo o a la playa. Su padre se había criado en la finca del abuelo de Alexandra durante una buena parte de su vida; de ahí ese amor desmedido por la naturaleza.

“En mi vida siempre me ha acompañado la naturaleza, aunque mi estilo nunca fue de girl scout, pues de noche me gustaba mi cama cómoda y mi aire acondicionado, pero siempre me he detenido a entender los cambios climáticos, a observar la luna –¡eso me encanta!–, el vuelo de los pájaros, el olor del mar y muchas otras cosas por el estilo”, confiesa en entrevista exclusiva para Fucsia.

En 1990 se mudó a una casa con patio y obtuvo sus primeras tres plantas de orquídeas. “Contraté a un supuesto perito en orquídeas para que me orientara y las cuidara, y propuso que si las dividía tendría más plantas. Pero al dejarlas solo con un tallo a cada una, murieron en tres meses”, recuerda con cierto nostalgia. Fue ahí donde decidió ingresar a la Sociedad Dominicana de Orquideología (SDO) y aprender sobre estas maravillosas plantas.

Tuvo la suerte de que casi todos los miembros fundadores eran amigos de sus padres y fue muy bien acogida, lo cual la ayudó en su pronto aprendizaje. “Al ser pupila del Dr. Ludwig Schott, un gran hibridizador dominicano y presidente de jueces de la sociedad, descubrí que el juzgamiento era mi pasión dentro del apasionante mundo de las orquídeas”.

Con la esposa de Schott, que era su amiga, recibía clases casi todas las tardes de juzgamiento y cultivo en general, hasta que un día Alexandra decidió inscribirse como ayudante de juez en el show de Miami, que en ese momento era el más grande de la Florida; llevaba consigo las recomendaciones de los jueces dominicanos. “Quería ver qué sucedía. Fui aceptada y estuve participando durante cuatro años como ayudante de juez para luego pasar a ser ‘Ribbon Judge’ y más tarde ir a mi primer mundial, que fue en Dijon, Francia, en 2005”, nos cuenta la entusiasta Alexandra.

Fucsia: En septiembre de 2022 la Sociedad Dominicana de Orquideología (SDO) cumplirá 55 años. Usted ingresó en 1993 y hasta llegó a ser presidente. ¿Cuáles fueron sus principales logros en esas funciones?

Alexandra Palamara: Por muchos años me mantuve en la directiva. Ocupé el puesto de vocal dos veces, tesorera, vicepresidente dos veces, hasta que fui presidente. Como toda sociedad sin fines de lucro, se ha visto muy afectada, pues lo que le da vida son sus miembros y sus reuniones, que se siguen haciendo vía Zoom. Ya la presidente en curso nos anunció que para este año tendremos exposición-venta en marzo con todos los protocolos de sanidad necesarios. Durante mi presidencia trajimos jueces de Jamaica y Miami para dar charlas, se intensificó los talleres de aprendizaje y se logró por primera una boletería de 9.800 personas para el evento en el jardín Botánico, algo sin precedentes.

F: ¿En qué consisten los concursos de la SDO?

AP: La SDO invita tanto a sus miembros como a cualquier persona interesada en participar en un concurso de orquídeas que se juzga bajo reglamentos establecidos por nuestra entidad. Estos reglamentos han sido preparados basados en los de la Asociación Estadounidense de la Orquídea (AOS), adaptados a nuestra sociedad y en algunas ocasiones se ha conseguido que jueces de esa misma organización vengan a juzgar, lo cual concede más prestigio y valor a nuestro concurso. En ese caso se hacen dos juzgamientos, uno por nuestra sociedad y otro por la AOS.

F: Hay orquídeas que llevan su nombre. ¿Cómo se dio ese acontecimiento?

AP: Como usted expresó, las orquídeas son una familia muy larga, y hoy en día ya podemos hibridizar, o sea, crear un cruce de una planta con otra y obtener una nueva planta con ventajas de ambas: mezcla de colores, de formas, patrón de distribución de los colores, etc. Muchos botánicos se dedican a esto y crean plantas que luego serán ganadoras de grandes premios y serán muy bien vendidas. A esas plantas, luego de su descripción de género, puedes agregarles el nombre que gustes; yo he tenido la suerte de tener dos con mi nombre, gracias a dos grandes amigos hibridizadores.

F: ¿Qué sintió cuando fue seleccionada por primera vez para ser jueza internacional de orquídeas? ¿Cuándo y dónde ocurrió eso?

AP: Para el año 2001 envié mi primera solicitud al congreso y exposición mundial, que tendrían lugar en Canadá. Aparte de mi CV tenía también la carta de recomendación de la directiva de la Sociedad Dominicana de Orquideología. Y ese año fui seleccionada. Lo hice al azar porque siempre he sido muy arriesgada y pienso que el que no se arriesga ni pierde, ni gana. Pero no pude asistir a mi primer mundial hasta el 2005, cuando se celebró en Dijon, Francia, un congreso mundial de orquídeas y flores, un acto majestuoso que nunca podré olvidar y todavía no comprendo por qué fue hecho en una ciudad tan pequeña.

F: En 2011, en Singapur, fue la única jueza dominicana y del Caribe, entre 240 jueces de todo el mundo. ¿Qué le dejó esa experiencia?

AP: Fue una experiencia doble: el show y el país. Nunca me imaginé un país así, en el que se podía vivir en ese orden, esa pulcritud, esa disciplina, con la pobreza casi nula. No le recomiendo a nadie que me pregunte sobre Singapur porque me paso de 2 a 3 horas hablándole sin parar de las maravillas que vi, conocí y disfruté. (Risas). Es una nación digna de imitar. El show y el congreso fueron inmensos, majestuosos…; la cena principal, que siempre es la noche más importante, fue impresionante, con bailes típicos, pase de modelos, la presencia del presidente y su esposa y la asistencia de 800 personas.

F: ¿Cómo se puede llegar a ser juez? ¿Cuáles son los requisitos?

AP: Depende de qué tipo de juez quieres ser. En cada país hay normas diferentes. Y para ser juez mundial, como es mi caso, debí pasar muchos años haciendo currículo en diferentes concursos en el mundo hasta que la directiva de jueces de World Orchid Conference (WOC) me reconociera. Esto no tiene nada que ver con asociaciones estadounidenses ni europeas de orquídeas. Lo próximo que quiero alcanzar es ser juez de la AOS, lo cual es muy prestigioso tanto en República Dominicana como en Estados Unidos. Para esto se necesita cinco años de estudio y presentarme a juzgar unos tres shows al mes en ese país.

F: ¿Cómo ha logrado conjugar su carrera como empresaria con su pasión por las orquídeas?

AP: No me ha sido muy difícil, siempre he trabajado en empresas familiares o propias, eso me ayuda mucho con la flexibilidad del horario y el tiempo cuando he tenido que ausentarme. Actualmente ya solo me dedico a las orquídeas, así que mi hobby se convirtió en mi empresa también.

F: Desde hace años es posible dominar la complicada técnica de reproducción artificial de las orquídeas; ya no son consideradas aquellos objetos de lujo. Su belleza y exotismo hacen que estén en el punto de mira de coleccionistas y decoradores. ¿Piensa igual?

AP: Sí, claro. El avance de la botánica ha sido increíble. Las orquídeas anteriormente eran muy difíciles de reproducir, ya que sus semillas son tan diminutas que, si no se llevan a un laboratorio y se tratan en condiciones especiales, no germinan. Con los avances de la ciencia no solo hacemos esta reproducción más sencilla, sino que podemos crear clones con una parte de su tallo para obtener plantas idénticas a la madre. También se ha desarrollado inmensamente el mundo de los híbridos que es tan hermoso, con el que podemos mezclar dos o más plantas y el resultado es una planta con características de todas ellas. ¡Es maravilloso y sorprendente lo que se puede lograr hoy!

F: Por ahí dicen que “sin hongos no hay orquídeas”. ¿Es cierto eso?

AP: La verdad es que nunca había oído esa frase… Hay hongos beneficiosos y otros dañinos.

Muchas plantas conviven con hongos que les aportan alimentos o las protegen de ciertos enemigos. En el caso de las orquídeas estos se adhieren a las raíces y forman una amistad simbiótica al ayudar a las raíces a absorber alimento y agua del medio en que se encuentren sembradas. Por otra parte, existen hongos dañinos que pueden causar pudrición, manchas negras y otras enfermedades.

F: ¿Qué tan costoso puede ser coleccionar orquídeas en nuestro país?

AP: En nuestro país se encuentra ya una gran variedad de géneros de orquídeas. La gran reproducción de plantas en República Dominicana hace que el producto tenga un precio justo para coleccionistas y usuarios. Mi consejo es siempre comprar variedades que se adapten a nuestro clima para así obtener mejores resultados.

F: ¿Cuáles son las más recomendables para principiantes?

AP: Siempre empiezo mis clases diciendo: “La forma más fácil de matar una orquídea es echándole mucha agua”. A partir de ahí puedo recomendar tres géneros que no les van a fallar: los dendrobiunms, las vandas y las phalaenopsis.

F: Denos algunos breves consejos para cultivar con éxito estas plantas en casa, además de tener cuidado con el riego.

AP: Lo primero es que se debe comprar la planta en un sitio en el que puedan darle instrucciones y decirle qué tipo de planta está adquiriendo, y así puede consultar en internet cualquier duda. Debe asegurarse de que sea una planta adecuada para este clima, no una que necesite frío para florecer.

Debe estar sana, que no tenga manchas negras en las hojas, a menos que sean manchas naturales propias de su especie. Hay plantas con pigmentación muy oscura y así son sus hojas. Preferiblemente que tenga una etiqueta con su nombre, así podrá identificarla en internet y sabrá cómo mantenerla en óptima condición; y si algún día se le ocurre ponerla en concurso, esta etiqueta es indispensable.

Si le dicen que es una planta madura, debe chequear que no esté recién sembrada; si es corte, o algo nuevo, entonces estará recién sembrada. Recuerde que cada medio de cultivo es diferente y asegúrese de qué cantidad de agua debe ponerle. Finalmente, si la planta está florecida, la rama floral debe estar abierta más de la mitad para saber el comportamiento y la composición de las flores.

F: ¿Qué dice su familia de su amor por las orquídeas?

AP: Como nunca tomo las cosas con fanatismo, no he causado una mala impresión en mi familia. He hecho casi una profesión paralela de las orquídeas y todos los que han estado cerca de mí en algún momento han participado en ella. Cuando mi mamá estaba viva me acompañaba a todos los congresos, pues era una excusa para viajar y conocer; y mis hijos siempre han estado conmigo en las ferias locales y ahora hasta los nietos.

F: ¿Qué encuentra el cliente que visita su tienda Patio?

AP: Pues le diré que puse Patio con una intención y dejé que solito fuera cogiendo su camino y se fue desarrollando en áreas que nunca imaginé. Mi primera idea fue la de vender plantas raras de colección, y que me las suplieran mis compañeros de orquídeas y la importación. Mi objetivo era tener los accesorios necesarios para un buen cultivo y enseñar a las personas que se acercaran sobre una buena fertilización, reconocer enfermedades, “repotear” (volver a sembrar plantas), reconocer una buena planta a la hora de comprarla y sobre todo la distribución de mis productos de la línea Jack’s Peters, que represento para alimentar las orquídeas y otros tipos de cultivos.

Sin embargo, aparte de eso, la tienda dio un giro importante hacia los arreglos de plantas de orquídeas para regalos de diferentes ocasiones: cumpleaños, pésames, aniversarios, días de las madres, San Valentín, etc. Hizo que mi mercancía diera un giro inmenso e introdujera las plantas de estación, como 5 o 6 tipos de pinos para navidad; para las madres: azaleas, lirios, rosas; para Halloween: celosías, zinnias…, y así ya no solo tenemos orquídeas, sino que también poseemos algunas plantas que florecen según su ciclo en el año.

F: ¿Tiene predilección por alguna orquídea en particular?

AP: Es una pregunta muy difícil cuando uno ha visto tantas orquídeas. Si me pregunta por su color, le diría que las azules. Es un tono muy difícil de conseguir en una orquídea. Si me pregunta por su fragancia le diría que la Neofinetia falcata; en casa tengo una canasta de ellas, con flores blancas en miniatura siempre florecidas y cuando hace brisa me llega ese aroma como perfume y me recuerda que hay muchas historias sobre las novias japonesas de la antigüedad, que las usaban para su boda.

Si me pregunta por su forma, le diría que la Psychopsis papilio, que se asemeja a una mariposa, con alas, antenas…, y esa similitud tiene la función de atraer a las verdaderas mariposas para que la polinice. Las orquídeas son parte del reino de la belleza. Yo siempre digo: “Si realmente amas la naturaleza, encontrarás belleza en todas partes”.

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